Ésta invitación la encontramos muy a menudo en los Evangelios, no temer la llegada del Señor a nuestra vida; estar despiertos para poder darle la bienvenida cuando llegue. Jesús nos dice que hay un tiempo adecuado, y un tiempo en que será demasiado tarde. Roguemos a Dios para que con su gracia nos ayude a tener un corazón que no se distraiga, y que esté plenamente vivo ante la presencia de Jesús en mi mundo, reconocer que se aproxima y darle la bienvenida . No importa cuanto tarde, tratemos de renovar nuestro compromiso con Él Señor y con la construcción y crecimiento de nuestra relación con Él a través de la oración y reflexión constante, solo así, no nos preocupará el momento que llegue porque estaremos preparados.
PREGUNTAS PARA REFLEXIÓN
- ¿Con quién me identifico en esta parábola?
- ¿Estoy dispuesto/a a esperar a Dios, aunque no sé cuánto tiempo le tomará llegar?
- ¿Puedo confiar fielmente en lo desconocido, con la certeza de la bondad de Jesús?