PERMANEZCAN EN MI AMOR (Jn. 15, 1- 8)

A través de la analogía de la vid y los sarmientos, Jesús nos dice:
Yo soy la Vid y ustedes los sarmientos, por tanto, somos los que estamos unidos a Cristo por el bautismo, la fe, el amor y la fidelidad a su seguimiento.
Jesús permanece en mí y me invita a permanecer en Él, para que yo pueda producir frutos abundantes.
Oremos por el deseo de una relación más profunda con Jesús y por una vida fructífera.

Para reflexión:

  1. ¿Cómo me alimento de la savia de Jesús?
  2. Todo crecer demanda tiempo, proceso, protagonismo, poda. ¿Qué experiencia tengo de esto?
  3. ¿Me reconocen como discípulo de Jesús por mi capacidad de amar?