NADIE ES INVISIBLE A LOS OJOS DE DIOS ( Lc. 16,19-31)

Jesús nos pide abrir nuestros ojos, interesarnos por quienes están a nuestro alrededor, y abrir nuestros oídos a los mandatos del Evangelio:
» AMAR A NUESTRO PRÓJIMO «

PARA REFLEXIÓN:

  1. ¿Estoy atenta (o) a las necesidades de otras personas, especialmente a los que están a mi alrededor?
  2. ¿El dinero es para mí un medio, o un fin?
    Si es un medio, ¿para qué?
  3. ¿Me preocupo por la omisión, o sólo estoy atento a no hacer cosas malas?
    «Una fe sin obras es una fe muerta»