NOS AMÓ HASTA EL FIN (Mt. 21,1-11)

Para Reflexión:

  1. ¿Así como Jesús, qué experiencia tengo de la incomprensión y conflicto por seguir la voluntad de Dios?
  2. ¿Mi esperanza en la Gloria de Dios ha crecido debido a este sufrimiento
  3. ¿La humildad de Jesús de haberse hecho uno de nosotros, haber sido despojado de todo, burlado, me dice algo sobre mis actitudes?
  4. ¿Soy conciente del amor tan grande de Dios Padre manifestado a través de Jesús?

VIVIR EN ALEGRIA Y ESPERANZA. (Jn 11, 1-45)

Señor, que tu amor nos ayude a transformar en Vida tantas situaciones de muerte que se dan entre nosotros y en nuestra sociedad.

PARA REFLEXIÓN:

  1. ¿Qué parte de mi vida están muertas y necesito que el Señor les de nueva vida?
  2. ¿Cuantas veces me encuentro como Martha reclamando, impaciente, protestando y sin comprender, pero al mismo tiempo pidiendo?
  3. ¿Realmente creo que Jesús es la Resurrección y la Vida?

ABRIR NUESTROS OJOS A LA LUZ DE LA FE (Jn 9, 1-41)

Señor, abre nuestros ojos para ver el rostro de Dios en cada persona con quien nos encontremos y orar por sus necesidades.

PARA REFLEXIÓN:

  1. ¿Qué ceguera tengo yo Donde no hay luz de esperanza ¿Cómo se las
    presento a Jesús?
  2. ¿Tengo los ojos de Jesús de poder reconocer al rededor mío el actuar de Dios en personas que considero no merecedoras de su gracia?
  3. ¿Abro mis ojos a las necesidades de los demás?

¡SEÑOR, DAME DE ESA AGUA!
(Jn 4, 5-42)

Quien ha recibido el Espíritu, así peque, así murmure, así se queje, tendrá siempre la oportunidad de recapacitar porque la esperanza en Dios no defrauda (P. Mario Yépes)

Lo que desea es corazones sencillos que le adoren «en Espíritu y en Verdad».

PARA REFLEXIÓN:

  1. ¿Quiénes son los samaritanos o samaritanas en mi vida?
  2. ¿En este tiempo de Cuaresma, dejo que Jesús se acerque a mi vida para ver la realidad que Él quiere sanar en mi?
  3. ¿Qué experiencia tengo del agua viva de Jesús?
    Sed de trascendencia de Dios, ¿cómo da sentido a mi vida?, sed de compartir, sed de perdón, sed de vivir en la verdad, sed de felicidad.

NO TENGAMOS MIEDO, ECUCHEMOS Y SIGAMOS A JESÚS (Mt.7, 1-9)

La Cuaresma es una buena ocasión para la oración y contemplación que nos permite escuchar en el silencio la voz interior (conciencia) y nos enfrenta a nuestra realidad.
En el evangelio Dios se dirige a Jesús como El Hijo Amado y nos pide escucharlo.

PARA REFLEXIÓN:

  1. ¿En esta cuaresma como en mi vida, tengo presente el objetivo extraordinario hacia el cual me dirijo?
  2. ¿Qué vivencia he tenido donde experimenté sintiendo paz, luz, amor que me ayudan en los momentos difíciles del seguimiento hacia Jesús?

Jesús nos ayuda a levantarnos y ha no tener miedo

  1. ¿Cuáles son mis temores actuales para presentarselos a Él?