NO TENGAMOS MIEDO, ECUCHEMOS Y SIGAMOS A JESÚS (Mt.7, 1-9)

La Cuaresma es una buena ocasión para la oración y contemplación que nos permite escuchar en el silencio la voz interior (conciencia) y nos enfrenta a nuestra realidad.
En el evangelio Dios se dirige a Jesús como El Hijo Amado y nos pide escucharlo.

PARA REFLEXIÓN:

  1. ¿En esta cuaresma como en mi vida, tengo presente el objetivo extraordinario hacia el cual me dirijo?
  2. ¿Qué vivencia he tenido donde experimenté sintiendo paz, luz, amor que me ayudan en los momentos difíciles del seguimiento hacia Jesús?

Jesús nos ayuda a levantarnos y ha no tener miedo

  1. ¿Cuáles son mis temores actuales para presentarselos a Él?