Las acciones hablan mejor que las palabras.
Señor, acércanos a la Virgen María que acogió la Palabra y la hizo carne, así nosotros hacer la voluntad de Dios.
PARA REFLEXIÓN :
- ¿En qué ocasiones soy como el primer hijo, qué necesito cambiar, convertirme al no estar atento al amor de Dios, a la cercanía del que sufre, al trabajo por el reino?
- ¿Cuándo actúo como el segundo hijo convencido que hago lo correcto y cumplo con todo lo que Dios me pide?
Sin embargo soy muy duro con los demás e implacable, hago juicios y me falta humildad para reconocer la voluntad de Dios en mi vida que me pide ¡conversion!
