Como sal de la tierra, podemos ser efectivos/as en llevar más sabor a la vida de los demás.
Y como luz, estamos llamados a alumbrar el verdadero camino de los demás y ayudarlos a encontrar a Dios.
PARA REFLEXIÓN:
- ¿Con mi testimonio de vida corroboro mi fe cristiana?
- ¿Intento dar sabor a la vida de las otras personas?
- ¿Es mi vida luz que ilumina la realidad, siembro esperanza?
- ¿Tengo la generosidad de compartir mis dones con los demás para la Gloria de Dios?