SAL A SER SAL Y LUZ PARA EL MUNDO
(Mt 5, 13-16)

Como sal de la tierra, podemos ser efectivos/as en llevar más sabor a la vida de los demás.
Y como luz, estamos llamados a alumbrar el verdadero camino de los demás y ayudarlos a encontrar a Dios.

PARA REFLEXIÓN:

  1. ¿Con mi testimonio de vida corroboro mi fe cristiana?
  2. ¿Intento dar sabor a la vida de las otras personas?
  3. ¿Es mi vida luz que ilumina la realidad, siembro esperanza?
  4. ¿Tengo la generosidad de compartir mis dones con los demás para la Gloria de Dios?