Pidamos a Nuestro Señor que nos ilumine, que nos haga mejores en nuestro trato diario con los demás, especialmente ahora en este mundo tan competitivo.
Recordemos siempre el valor de la humildad.
PARA REFLEXIÓN:
- ¿Busco recibir reconocimiento y espero que me agradezcan?
- ¿Reconozco, celebro que soy creatura de Dios y que todo lo he recibido de Él?
- ¿Qué tan importante son los pobres en mi vida? ¿Qué tanto de mi tiempo les dedico, lo que soy y lo que tengo lo comparto con ellos?