FE, DON DEL ENCUENTRO CON JESÚS (Mc.5, 21-43)

La fe en Jesucristo nos da un corazón nuevo para vivir.
Creer contra toda esperanza, caminar con Jesús ante las adversidades de la vida con la certeza de que el milagro va a suceder.
Orar puede ser a menudo como tocar sólo el doblez de la ropa de Jesús y trae su propio poder sanador.

Para Reflexión:

  1. Mis dolores, sufrimientos, lo que me parece imposible (como caso de hija Jairo)
    ¿Aún así le presento a Jesús lo que vivo para que Él lo sane y libere?
  2. ¿Soy consciente de los Milagros que Dios hace en mi vida cada día? ¿Puedo reconocer algunos?

JESÚS SALVA CON UNA SOLA PALABRA (Mc.4, 35-40)

Existe un peligro, caos, se levanta un fuerte huracán, la expresión de ira de los discípulos lo despertaron diciendo:
«¿Maestro no te importa que nos hundamos?»
Ocurre en nuestra vida, nuestra fe se desvanece a la primera tormenta.
Como resultado, esta disminución, o pérdida de fe, da paso al temor. En tales momentos Jesús puede estar dormido pero su amor nunca nos abandonará.

SEÑOR: hay momentos que necesito oír tu voz ordenando paz y tranquilidad en medio de la tormenta.

Para Reflexión:

  1. ¿En qué momentos o situaciones de mi vida he experimentado peligro?
  2. Como los discípulos ¿he alzado mi voz despertando a Jesús? ¿Cómo se manifestó?
  3. En medio de lo que estamos viviendo en el país ¿Qué le estás pidiendo ahora?

VIVE PARA SEMBRAR, VIVE PARA DAR, VIVE PARA AMAR. (Mc.4, 26-34)

Dios no está lejos, ni apartado, está entre nosotros, en la vida diaria en lo cotidiano.
Nuestra tarea es ir sembrando semillas con amor para que duren hasta la eternidad.
Jesús nos enseña que es necesario plantar, luego Dios hará lo suyo en su tiempo, y el tiempo es un don de Dios, un regalo, todo tiene un camino y un proceso.
Vive para sembrar, vive para dar, vive para amar y confia en Dios más allá de todo tiempo.

Para Reflexión :
Cada persona hace su proceso, su camino y lo debemos respetar.

  1. ¿Qué me pide Dios? ¿Qué pretende Jesús?
  2. ¿Cómo Dios ha actuado en mi vida? ¿Cosas que no entendía, situaciones, experiencias, hasta después de un tiempo veo los frutos de lo vivido?
  3. Quizás no encontramos el ¿por qué?, siempre busquemos el ¿para qué?

EUCARISTÍA, MARAVILLA Y PRODIGIO DE AMOR (Mc.14,12-16.22-26)

Hoy se nos recuerda nuevamente el gran regalo que Jesús nos ha dado en la Eucaristía, Jesus se convierte en pan partido. El cáliz de la bendición es la sangre de la Nueva Alianza, que será derramada por nosotros.
Como personas eucarísticas, nosotros debemos ser tomados, bendecidos, partidos y dados a otros, tal como hizo Jesús.
Su continua Presencia nos alimenta y a la vez nosotros alimentamos a los que nos rodean.

Para Reflexión:

  1. Jesús se nos da ¿Yo experimento esto?
    ¿Llevo a Jesús a los demás haciéndome pan partido y compartido?
  2. ¿Descubro a Jesús en los sufrientes como lo hago en el pan y el vino?