ESCUCHANDO Y SIGUIENDO A CRISTO, LLEGAMOS A LA GLORIA (MC.9, 2-10)

La Cuaresma es una buena ocasión para el silencio y la contemplación que nos permite escuchar en el silencio la voz interior (conciencia) y nos enfrenta a nuestra realidad.
En el evangelio Dios se dirige a Jesús como El Hijo Amado y nos invita a escucharlo; no sólo en el sendero del triunfo, sino también en el camino de la cruz.
Sólo con la ayuda de Jesús quien nos baja de nuestra montaña y nos prepara para los tiempos difíciles podremos salir de nuestra vida cómoda y egoísta y empezaremos a vivir atentos a las necesidades de los más desvalidos de nuestra sociedad.

Señor, que nuestro corazón siempre escuche tu voz,  para estar alertas, queremos encontrarnos contigo en oración y poder decir como los apóstoles: “Que bien se está aqui»

Para Reflexión:

  1. ¿Escucho a Jesús?
  2. ¿En este camino de Cruz (pandemia), estoy escuchando a Dios (interior). ¿Dónde lo encuentro?

VIVIR TIEMPOS DE PRUEBA (Mc.1, 12 – 15)

Cuaresma: tiempo de silencio y oración, tiempo de desierto.

Fuerte imagen para nuestro comienzo de Cuaresma.
Continuamente experimentamos dificultades y tentaciones. Nuestra vida es una constante lucha y pruebas .
Jesús también experimenta en los 40 días en el desierto las fuerzas del bien y el mal, en esa lucha se encuentra cara a cara con Dios, después del sufrimiento llega la calma.
En nuestro desierto es Jesús quien nos apoya para enseñarnos cuál es el camino al Padre.

Señor Jesús, acompañanos atravesar nuestro propio desierto.
No nos dejes caer en tentación, más líbranos del mal.

Para Reflexión:

  1. ¿Cómo escucho a Dios y le obedezco?
  2. ¿Cuáles son las tentaciones más fuertes que experimento en mi vida?
  3. ¿Qué me falta para actuar como Jesús?

«SI QUIERES, PUEDES LIMPIARME» (MC.1, 40 – 45)

Cansado de su condición un leproso se acerca a Jesús, se arrodilla poniendo en el toda su confianza.
«Si quieres, puedes limpiarme».
La ley de Jesús, consiste precisamente en amar y liberar por encima de toda ley.
Sintió lástima y lo tocó.
Jesús dijo: » Quiero, queda limpio».

Amado Jesús, mírame también a mi, toca todas las partes feas que tengo, no me gustan y me causan dolor. Si tu quieres, puedes limpiarme.

Para Reflexión

  1. ¿Qué es lo que me impide acercarme a Dios?, ¿a los demás? ¿a mi mismo?
  2. ¿Qué hago como el leproso para acercarme a Jesús?
  3. ¿Cómo puedo ayudar a los demás para que se acerquen a Jesús y Él les diga: ¡Quiero, queda limpio!

ORAR Y SERVIR (Mc.1, 29-39)

Para Jesús lo más importante siempre será la vida sana de las personas, no la observancia de las leyes religiosas.
Se acerca, expulsa demonios, cura, sana y predica.
Está ahí con la mano tendida que levanta e infunde vida.
En medio de su intensa actividad, encuentra tiempo para apartarse a orar necesita estar a solas con su Padre para hacer su voluntad.
Señor, gracias por mi salud y por enseñarme a orar, es el medio por el cual yo pueda servir mejor a mis hermanos.

Para reflexion:

  1. ¿Qué motiva mi vida con Jesús?
  2. ¿Cómo he anunciado al Señor con mi palabra y mi accionar?
  3. ¿Es la oración la fuente de mi vida? ¿Cómo se manifiesta?