El «buen pastor» siempre está pendiente de sus ovejas, no las abandona nunca, está atento a cada una.
PARA REFLEXIÓN:
- ¿Qué tan arraigada está esa verdad que Jesús revela:
«Que está conmigo, me cuida y me protege». - ¿Las personas o situaciones que están bajo mi responsabilidad las cuido?
¿Estoy dispuesto a dar mi vida como Jesús? - ¿Siento que la fuerza del Espíritu Santo me da la valentía para hablar de la Resurrección?
- ¿Me reconozco como parte del rebaño: Comunidad Parroquial, Iglesia?