CONOCER, AMAR Y SERVIR (Mc. 12, 38-34)

Amar al Señor por encima de todo, no supone dejar de amar a los demás, ¡al contrario!, al hacerlo el corazón se expande amandose más así mismo y a los demás.

PARA REFLEXIÓN :

  1. ¿Cómo mis obras manifiestan que el amor de Dios es el primer afecto de mi corazón?
  2. ¿Amo al que está a mi lado, prueba de mi amor a Dios?
  3. ¿Qué muestras del amor de Dios veo a mi alrededor? ¿Familia amigos, estudios, trabajo?