PARA REFLEXIÓN:
El Padre Nuestro nos enseña que tenemos a Dios como Padre, siempre dispuesto a acogerme y perdonarme.
- ¿Qué experiencia tengo de esto en mi vida?
- ¿Soy perseverante en mi pedido al Padre? ¿Cómo reacciono cuando no recibo de Dios Padre lo que le pido ?
- ¿Cuándo pido algo al Padre lo hago con humildad, me doy cuenta que no lo puedo todo, que necesito de los demás, que necesito de Dios? ¿Reconociendo así mis necesidades y límites ahora puedo presentarlos al Señor?
