NO IGNOREMOS NI SEAMOS INDIFERENTES CON EL QUE SUFRE (Lc. 16, 19-31)

Acerquemonos al necesitado y si está en nuestras manos, tratemos de aliviar su situación.

PARA REFLEXIÓN:

  1. ¿Qué tan atento estoy a las necesidades de las personas a mi alrededor?
  2. ¿Durante mi semana, en que momento y en que forma escucho la Palabra de Dios y la pongo en práctica ?
  3. ¿Cómo respondo a las necesidades al rededor mío?
  4. «Tienen a Moises y a los Profetas, que los escuchen»
    ¿A qué conversión, a qué cambio me está llamando la Palabra hoy?