SEÑOR QUE SEAMOS HUMILDES EN TU PRESENCIA (Lc.18, 9-14)

Jesús nos enseña que Dios escucha al humilde y rechaza la soberbia del corazón.

PARA REFLEXIÓN :

  1. ¿En qué ocasiones me he comportado como el fariseo, en que ocaciones como el publicano?
  2. ¿Cuándo me acerco al Señor en la oración reconozco mis errores con humildad?
  3. ¿Cómo puedo cultivar una oración más sincera como el publicano y menos de apariencias como el fariseo?