Rompamos la indiferencia hacia el projimo y no caigamos en la idolatría del dinero.
PARA REFLEXIÓN:
- ¿Cómo estoy empleando todos mis talentos con astucia e ingenio para transmitir el evangelio?
- ¿Mis inquietudes, talentos y energía muestran a quien sirvo, a Dios o al dinero?
- ¿Qué viene del mundo y me ata? ¿Qué viene de Dios y me libera?
