Esta parábola Jesús nos enseña y
demuestra la necesidad de orar sin rendirse.
PARA REFLEXIÓN:
1.- ¿Tienes una comunicación sincera y humilde con Dios?
2.- ¿Cómo reacciono, qué siento, que hago cuando Dios no me da lo que he pedido?
3.- ¿En qué oportunidades Dios me ha dado algo distinto de lo que yo he pedido, y ha sido mejor para mi. ¿Confío en Dios?