«NO ES UN DIOS DE MUERTOS, SINO DE VIVOS» (Lc. 20, 27-38)

La Resurrección es nuestra ansiada meta. Y este es el don más preciado de Cristo Resucitado.
Seremos una creación nueva, donde estaremos compartiendo la divina vida de Dios

PARA REFLEXIÓN :

  1. ¿Qué significa para mí la Resurrección hoy?
  2. ¿Qué estoy haciendo, como me preparo para el encuentro definitivo con el Señor?
  3. ¿Vivo el amor a Dios, a mi mismo y a prójimo como camino de preparación?