Jesús es nuestra esperanza. Abracemos a Jesús en cada situación de nuestra vida es es luz para nuestros pasos.
PARA REFLEXIÓN:
- ¿Qué tanto me dejo guiar por el Espíritu Santo tal como lo hizo Simeón?
- ¿Qué hago para fortalecer mi fe, sobre todo en los momentos difíciles?
- ¿Busco ser dócil al Espíritu Santo para recibir la misión de mi vida en favor de los demás?
¿Qué hago para ello? ¿Qué actitudes pongo en práctica para lograr esto? (humilde, escucha activa, apertura, obediencia…)
