PARA REFLEXIÓN:
1.¿Estoy anunciando hoy a Jesús? ¿Cómo?
2.¿Qué señales, frutos acompañan mi testimonio y el
anuncio de Jesús?
3.¿Soy conciente que el Señor me acompaña? ¿Qué efecto tiene en mi este don?

1.¿Estoy anunciando hoy a Jesús? ¿Cómo?
2.¿Qué señales, frutos acompañan mi testimonio y el
anuncio de Jesús?
3.¿Soy conciente que el Señor me acompaña? ¿Qué efecto tiene en mi este don?
Si no hay amor, no hay vida
El amor de Jesús es entrega total.
Jesús es la Vid y nosotros los sarmientos, por lo tanto nuestra vida como cristianos depende totalmente de ella.
El «buen pastor» siempre está pendiente de sus ovejas, no las abandona nunca, está atento a cada una.
Ser testigo de Cristo significa:
1.¿Durante la semana pasada,
cómo y dónde he sido testigo de Jesús Resucitado?
¿Dónde y con quién me pide anunciarlo?
2.¿Cuáles son mis miedos y recelos para anunciar a Jesús?
Ahí estamos todos los que hemos creído que Jesús está vivo sin que nuestros ojos lo hayan podido comprobar.
PARA REFLEXIÓN:
La humildad del Siervo lo convierte en hombre fuerte.
Entremos a la Senana Santa con la esperanza de llegar con Cristo al monte Gólgota llorando nuestros pecados, pero abiertos a contemplar la gloria que Él mismo experimentó haciéndonos partícipes del gozo de su salvación.
(P. Mario Yepes)
El Señor ama nuestra imperfección y nos limpia con su gracia.
Sabernos amados por Dios y con ese mismo amor, ¡amar a todos!