Nuestra Señora es el supremo ejemplo de obediencia para con la voluntad de Dios.
Se convierte en modelo de toda mujer de fe.
Si el Espíritu Santo hizo en Ella maravillas,
¿Qué no podrá hacer con nuestras vidas?
Cada día de nuestras vidas estamos invitados/as a unirnos con María al decir: “Aquí estoy, la sierva del Señor; que se haga en mí según tu palabra”.
Para Reflexión:
- ¿Estoy preparado para recibir al hijo de Dios en mi vida?.
- ¿Qué es lo que espero, que necesito?
- ¿Cómo me preparo?