«SI QUIERES, PUEDES LIMPIARME» (MC.1, 40 – 45)

Cansado de su condición un leproso se acerca a Jesús, se arrodilla poniendo en el toda su confianza.
«Si quieres, puedes limpiarme».
La ley de Jesús, consiste precisamente en amar y liberar por encima de toda ley.
Sintió lástima y lo tocó.
Jesús dijo: » Quiero, queda limpio».

Amado Jesús, mírame también a mi, toca todas las partes feas que tengo, no me gustan y me causan dolor. Si tu quieres, puedes limpiarme.

Para Reflexión

  1. ¿Qué es lo que me impide acercarme a Dios?, ¿a los demás? ¿a mi mismo?
  2. ¿Qué hago como el leproso para acercarme a Jesús?
  3. ¿Cómo puedo ayudar a los demás para que se acerquen a Jesús y Él les diga: ¡Quiero, queda limpio!