Cansado de su condición un leproso se acerca a Jesús, se arrodilla poniendo en el toda su confianza.
«Si quieres, puedes limpiarme».
La ley de Jesús, consiste precisamente en amar y liberar por encima de toda ley.
Sintió lástima y lo tocó.
Jesús dijo: » Quiero, queda limpio».
Amado Jesús, mírame también a mi, toca todas las partes feas que tengo, no me gustan y me causan dolor. Si tu quieres, puedes limpiarme.
Para Reflexión
- ¿Qué es lo que me impide acercarme a Dios?, ¿a los demás? ¿a mi mismo?
- ¿Qué hago como el leproso para acercarme a Jesús?
- ¿Cómo puedo ayudar a los demás para que se acerquen a Jesús y Él les diga: ¡Quiero, queda limpio!