La presencia, la experiencia del Resucitado ahuyenta los sentimientos negativos, miedo, desesperanza, tristeza y da una gran paz. Los discípulos se alegran de ver a Jesús, y experimentan la presencia del Espíritu Santo que transformó en alegría todo. Significó para ellos el fin del miedo y del temor. Las puertas de la comunidad se abrieron y salieron a predicar la Buena Nueva.
Para Reflexión:
- Los discípulos tenían miedo y estaban encerrados.
¿Cuáles son los miedos que me trajo la pandemia por los que me he encerrado?
¿Me quita o impide vivir la paz del Señor? - ¿Cómo he anunciado la Buena Nueva (Evangelio) la semana que pasó?. ¿Cómo lo puedo hacer esta semana?