Existe un peligro, caos, se levanta un fuerte huracán, la expresión de ira de los discípulos lo despertaron diciendo:
«¿Maestro no te importa que nos hundamos?»
Ocurre en nuestra vida, nuestra fe se desvanece a la primera tormenta.
Como resultado, esta disminución, o pérdida de fe, da paso al temor. En tales momentos Jesús puede estar dormido pero su amor nunca nos abandonará.
SEÑOR: hay momentos que necesito oír tu voz ordenando paz y tranquilidad en medio de la tormenta.
Para Reflexión:
- ¿En qué momentos o situaciones de mi vida he experimentado peligro?
- Como los discípulos ¿he alzado mi voz despertando a Jesús? ¿Cómo se manifestó?
- En medio de lo que estamos viviendo en el país ¿Qué le estás pidiendo ahora?