El Evangelio es anunciado por aquellos que saben vivir con sencillez, todo aquel que se siente libre y que conoce el gozo de caminar por la vida sin sentirse esclavo de las cosas.
Jesús los envía en parejas de a dos, y los instruye, no lleven nada para el viaje, bastaba un bastón, una alforja y unas sandalias.
Estaban enteramente confiados de la presencia de Dios en su camino.
Su objetivo era ir de casa en casa llevando la buena noticia.
Señor, oro para qué por el poder del Espíritu Santo, pueda irradiar la luz de tu amor a aquellos que encuentro en mi vida diaria.
Para Reflexión:
- ¿Qué quiere Dios de nosotros?
- ¿Somos consientes que tenemos la Bendición de Dios y el impulso del Espíritu Santo?
- ¿Nos alimentamos de la oración y la Eucaristía para darnos fortaleza y salir a proclamar la Buena Nueva?