Conocer a Jesús es un don de Dios y sólo Él nos puede abrir los ojos a la fe.
Bartimeo escucha su voz y lo reconoce como el Hijo de David, es curado y comienza a seguirlo.
Así como a Bartimeo, Jesús nos quiere liberar de nuestras ceguera, de todo dolor y debilidad.
Sólo nos pide ver su persona.
Señor, danos ojos nuevos, esa mirada como la tuya para que podamos ver todo lo bueno, para vernos tal como somos, para verte siempre a nuestro lado y podamos seguirte.
Aumenta la luz de nuestra propia fe
Para Reflexión:
- ¿Cómo anda mi ceguera espiritual?
- ¿Qué cosas concretas he hecho esta semana que muestran que sigo a Jesús?
- Así como Bartimeo pidió:
¡Maestro que pueda ver!
¿Qué cosas he pedido yo durante los últimos días? y ¿Qué cosas necesito pedir hoy?
