Jesús no viene para ser servido, sino para servir. Nos expone su sentido de verdadera grandeza: el servicio y el cuidado de los demás.
Señor, humildemente te pedimos nos des un corazón grande para amar sin miedos, fuerte para luchar y generoso para entregarnos a nosotros mismos como un don a los demás.
Centrar la propia vida sobre la base del amor-servicio.
Para Reflexión:
- ¿En algunas oportunidades actuó como Santiago y Juan, buscando o esperando reconocimiento, privilegio prestigio?
- ¿Práctico estas palabras de Jesús?:
El que quiera ser grande, se haga servidor de todos. - ¿Puedo beber el Cáliz de Salvación? ¿Estoy contento de participar en el sufrimiento de Cristo? (1 Pedro 4, 13).
- En la segunda lectura (Hb.4, 14-16) nos dice:
Jesús Sumo Sacerdote se compadece de nuestras debilidades .
¿Me acerco con seguridad a su Trono de Gracia para que me auxilie oportunamente?