El Espíritu revolotea sobre nuestra vida y se convierte en vida que nos comunica el Amor del Padre .
Abrámonos al Espíritu, que lo hace todo nuevo, alegra nuestra existencia para que nos volvamos más hacia Dios.
Recordemos nuestro bautismo. Agradeciendo al Señor por este don.
SEÑOR: reflexionamos sobre este amor que nos das llamándonos tus hijos desde nuestro bautismo. Tú eres Padre fiel.
Tu fidelidad es eterna y nosotros queremos corresponder a ese amor.
PARA REFLEXIÓN:
- ¿Vivo como un bautizado conociendo amando y sirviendo a Jesus?
- ¿Cómo ratifico mi bautismo hoy?
- ¿Cómo me siento hijo(a) amado(a) del Padre, con que personas me siento amado (a)?