Jesús no nos deja sin ayuda. Así como con la higuera, nos provee de todo lo necesario para producir frutos.
Señor, Tú eres el jardinero que nos cultiva y nutre, no queremos perder esta oportunidad que nos das de comenzar cada mañana .
Nuestra responsabilidad será que esas semillas den frutos de verdad, vida y esperanza.
PARA REFLEXIÓN:
- ¿Estoy suficientemente satisfecho del camino que ya llevo hecho como Cristiano, como Católico?
- ¿En qué momento de mi vida he experimentado el amor misericordioso y paciente de Dios? ( compartir en familia)
- ¿Tengo una esperanza activa, sacrificada, es pertinente y valerosa?