No podemos tomar la salvación como algo asegurado.
Los que se quedan afuera son los que rehúsan aceptar el reino de paz y justicia, alegría y amor, que Dios nos propone.
PARA REFLEXIÓN:
- ¿Qué esfuerzo estoy haciendo para salvarme, para vivir siendo un mejor discípulo de Jesús; más auténtico?
- ¿Soy conciente de que conocer a Jesús, frecuentar el Templo y recibir los Sacramentos, no es garantía de que voy a llegar al cielo, al Banquete del Reino, sino mi conducta la que lo determinará?
- ¿Quienes estarán en los primeros puestos en los banquetes del Reino?