NADIE ES INVISIBLE A LOS OJOS DE DIOS ( Lc. 16,19-31)

Jesús nos pide abrir nuestros ojos, interesarnos por quienes están a nuestro alrededor, y abrir nuestros oídos a los mandatos del Evangelio:
» AMAR A NUESTRO PRÓJIMO «

PARA REFLEXIÓN:

  1. ¿Estoy atenta (o) a las necesidades de otras personas, especialmente a los que están a mi alrededor?
  2. ¿El dinero es para mí un medio, o un fin?
    Si es un medio, ¿para qué?
  3. ¿Me preocupo por la omisión, o sólo estoy atento a no hacer cosas malas?
    «Una fe sin obras es una fe muerta»

DIOS ES AMOR QUE ESPERA SIN LIMITES Y SE ENTREGA SIN LIMITES
(Lc.15, 1-32)

PARA REFLEXIÓN:
¿CÓMO SOY?

  1. ¿Soy egoísta como el hijo menor, que sólo piensa en si mismo para disfrutar se los bienes se su padre? ¿Doy la espalda a la gente que me quiere, pero aún así pido perdón?
  2. ¿Soy como el hijo mayor que se cree modelo de perfección, sin embargo es envidioso, no se interesa por el que sufre ni se alegra por los demás?
  3. ¿Soy como el Padre que ama sin límites y quiere la felicidad para todos, sabe perdonar por amor, sufre por amor y ama de todo corazón?

DIOS NOS EXALTA CUANDO SOMOS HUMILDES (Lc.14, 1.7-14)

Pidamos a Nuestro Señor que nos ilumine, que nos haga mejores en nuestro trato diario con los demás, especialmente ahora en este mundo tan competitivo.
Recordemos siempre el valor de la humildad.

PARA REFLEXIÓN:

  1. ¿Busco recibir reconocimiento y espero que me agradezcan?
  2. ¿Reconozco, celebro que soy creatura de Dios y que todo lo he recibido de Él?
  3. ¿Qué tan importante son los pobres en mi vida? ¿Qué tanto de mi tiempo les dedico, lo que soy y lo que tengo lo comparto con ellos?

NO ESPERES A QUE SE CIERRE LAPUERTA
(Lc.13, 22-30)

No podemos tomar la salvación como algo asegurado.
Los que se quedan afuera son los que rehúsan aceptar el reino de paz y justicia, alegría y amor, que Dios nos propone.

PARA REFLEXIÓN:

  1. ¿Qué esfuerzo estoy haciendo para salvarme, para vivir siendo un mejor discípulo de Jesús; más auténtico?
  2. ¿Soy conciente de que conocer a Jesús, frecuentar el Templo y recibir los Sacramentos, no es garantía de que voy a llegar al cielo, al Banquete del Reino, sino mi conducta la que lo determinará?
  3. ¿Quienes estarán en los primeros puestos en los banquetes del Reino?

¡DEJÉMONOS ENCENDER POR SU SANTO ESPÍRITU! (Lc. 12, 49-53)

El fuego que arde en el corazón de Jesús es la pasión por Dios y la compasión por los que sufren.
Jesús está ansioso de encender ese fuego del amor de Dios, en todos los corazones para que arda por todo el mundo.
No es que haya venido a traer división, pero su mensaje lo hará, ya que algunos lo rechazarán.

PARA REFLEXIÓN:

  1. ¿Crees que Jesús vino a dividir?
  2. ¿Tengo la misma pasión de Jesús por construir el Reino?
  3. ¿Qué dificultades, tinieblas o miedos he vivido o vivo por participar en la misión?
  4. ¿Pido a Dios su sabiduría y fortaleza para saber que decir y hacer en estas circunstancias?

¡ESTEMOS PREPARADOS! (Lc.12, 32-48)

Jesús también hoy nos hace una llamada a vivir con lucidez y responsabilidad, sin caer en la pasividad o el letargo.
Es la hora de que reaccionemos, despertar nuestra fe.
Estemos despiertos y vigilantes, desapegarnos de los bienes materiales, perecederos, para estar plenamente disponibles para trabajar por el Reino de los cielos.

PARA REFLEXIÓN:

1) ¿Dónde atesoro mi riqueza, en el cielo o en la tierra?
2) ¿Cómo se manifiesta en mi vida la esperanza del reino?
3) ¿Soy administrador fiel y solícito ? ¿Comparto la esperanza con mi prójimo?

PONER TODA NUESTRA ESPERANZA EN DIOS ( Lc. 12, 13-21)

En esta parábola Jesús nos recuerda que debemos acumular riquezas espirituales, nuestras buenas acciones son la única cosa que nos sobrevivirá.

Señor, yúdanos a que, estemos agradecidas/os de lo que tenemos, y que sepamos compartir nuestras bendiciones con los demás .
Que toda nuestra esperanza sean puesta solo en Ti.

PARA REFLEXIÓN:

  1. ¿En qué me apoyo más, en Dios o en lo material?
  2. ¿Soy una persona que acumula y acumula, o sabe compartir?
  3. ¿Qué es lo que más llena mi corazón? ¿Qué es lo que más me alegra?
    ( Salmo 89-90 vs. 14 )

¡ESTE TIEMPO ES PARA TI, MI SEÑOR!
(Lc. 10, 38-42)

Al sentarse a los pies de Jesús, María muestra que todo nuestro servicio debe estar cimentado en una relación personal y viva con Él.
María nos enseña la actitud del verdadero discípulo: sentarnos a los pies de Jesús para escuchar su palabra.

PARA REFLEXIÓN:

  1. ¿En mi relación con Jesús, soy más alguien que escucha o que ejecuta? .
    ¿Soy mas como Martha o como María?
  2. ¿Cuánto tiempo dedico para escuchar a Dios?
  3. ¿Tengo una relación personal con Jesús? ¿Conozco lo que es su voluntad para mí vida?
  4. ¿Doy cabida a las mujeres, niños, jóvenes y mayores tanto en mi familia, oficina en lugar donde me desenvuelvo para que se desarrollen?.