SOLEMNIDAD DE LA EPIFANIA DEL SEÑOR
(Mt. 2,1-12)

Para Jesús no hay forasteros.
Para Él todos somos igualmente amados hijos, con todas las diferencias culturales o físicas que tengamos, pertenecemos a una familia, la que posee un solo Padre, nuestro padre Dios.

Señor Jesús, Ayúdame a encontrarte en los brazos de María, como los Reyes Magos lo hicieron.

PARA REFLEXIÓN:

  1. ¿Soy como los magos un buscador de Dios, dispuesta/o para crecer en mi vida de fe?
  2. ¿Soy Epifanía de Dios?
    ¿Cómo manifiesto su amor a los que están en mi entorno?

Los Magos le llevaron como regalo : Oro, Incienso y Mirra pero además le ofrecieron no sólo lo que tenían sino lo que eran: su ser, su persona, su vida. 

  1. ¿Qué regalo de mi cofre de tesoro estoy dispuesta/o a entregarle a Jesús?
    Todo lo bueno, le entrego lo mejor de mi en señal de mi amor, pero también lo peor de mi para que Jesús lo transforme.