Así como el Padre le dice a Jesús que es su hijo amado, también nos lo dice a nosotros.
- ¿En qué oportunidades me he sentido o experimentado que soy bendecido/a, amado/ a por Dios.
Hemos sido bautizados en el Espíritu y nos hace hijos e hijas de Dios, por lo tanto es un llamado a vivir en fraternidad.
- ¿Cómo puedo ser instrumento de fraternidad en mi hogar, mi trabajo en donde desarrollo mi vida?
- ¿Actúo cada día como hija/o de Dios, de tal modo que el Señor pueda decir de mi :
Me complazco en ti y en tu forma de actuar?