«HACER LO QUE DIOS QUIERA, Y QUERER LO QUE DIOS HACE» (Lc. 18, 1-8)

Jesús en esta parábola nos enseña que la justicia tiene su origen en Dios.
Por la oración sabemos que Dios está con nosotros. Y esto nos debe bastar para seguir insistiendo sin desfallecer.

PARA REFLEXIÓN:

  1. ¿Tengo una vida de oración diaria?
  2. ¿Cuando oro y pido a Dios, soy perseverante como la viuda?
  3. ¿Confío totalmente en que Dios siempre está conmigo, que siempre me escucha y me da lo que más me conviene?