¡DEJÉMONOS ENCENDER POR SU SANTO ESPÍRITU! (Lc. 12, 49-53)

El fuego que arde en el corazón de Jesús es la pasión por Dios y la compasión por los que sufren.
Jesús está ansioso de encender ese fuego del amor de Dios, en todos los corazones para que arda por todo el mundo.
No es que haya venido a traer división, pero su mensaje lo hará, ya que algunos lo rechazarán.

PARA REFLEXIÓN:

  1. ¿Crees que Jesús vino a dividir?
  2. ¿Tengo la misma pasión de Jesús por construir el Reino?
  3. ¿Qué dificultades, tinieblas o miedos he vivido o vivo por participar en la misión?
  4. ¿Pido a Dios su sabiduría y fortaleza para saber que decir y hacer en estas circunstancias?

¡ESTEMOS PREPARADOS! (Lc.12, 32-48)

Jesús también hoy nos hace una llamada a vivir con lucidez y responsabilidad, sin caer en la pasividad o el letargo.
Es la hora de que reaccionemos, despertar nuestra fe.
Estemos despiertos y vigilantes, desapegarnos de los bienes materiales, perecederos, para estar plenamente disponibles para trabajar por el Reino de los cielos.

PARA REFLEXIÓN:

1) ¿Dónde atesoro mi riqueza, en el cielo o en la tierra?
2) ¿Cómo se manifiesta en mi vida la esperanza del reino?
3) ¿Soy administrador fiel y solícito ? ¿Comparto la esperanza con mi prójimo?

PONER TODA NUESTRA ESPERANZA EN DIOS ( Lc. 12, 13-21)

En esta parábola Jesús nos recuerda que debemos acumular riquezas espirituales, nuestras buenas acciones son la única cosa que nos sobrevivirá.

Señor, yúdanos a que, estemos agradecidas/os de lo que tenemos, y que sepamos compartir nuestras bendiciones con los demás .
Que toda nuestra esperanza sean puesta solo en Ti.

PARA REFLEXIÓN:

  1. ¿En qué me apoyo más, en Dios o en lo material?
  2. ¿Soy una persona que acumula y acumula, o sabe compartir?
  3. ¿Qué es lo que más llena mi corazón? ¿Qué es lo que más me alegra?
    ( Salmo 89-90 vs. 14 )

¡ESTE TIEMPO ES PARA TI, MI SEÑOR!
(Lc. 10, 38-42)

Al sentarse a los pies de Jesús, María muestra que todo nuestro servicio debe estar cimentado en una relación personal y viva con Él.
María nos enseña la actitud del verdadero discípulo: sentarnos a los pies de Jesús para escuchar su palabra.

PARA REFLEXIÓN:

  1. ¿En mi relación con Jesús, soy más alguien que escucha o que ejecuta? .
    ¿Soy mas como Martha o como María?
  2. ¿Cuánto tiempo dedico para escuchar a Dios?
  3. ¿Tengo una relación personal con Jesús? ¿Conozco lo que es su voluntad para mí vida?
  4. ¿Doy cabida a las mujeres, niños, jóvenes y mayores tanto en mi familia, oficina en lugar donde me desenvuelvo para que se desarrollen?.

ABRACEMOS EL AMOR DE DIOS PARA COMPARTIRLO CON LOS HERMANOS
(Lc. 10, 25-37)

La Parabola del Buen Samaritano nos descubre también que las exigencias del amor cristiano son ilimitadas. El amor cristiano no excluye a nadie, nos debemos a toda persona que nos necesite, sin razas ni color de piel, ni fronteras, amemos a todos como hermanos y hagamos el bien.

  1. ¿Qué estoy haciendo para ser un buen Samaritano?
    En las últimas semanas ¿a quién he ayudado o acompañado?
  2. ¿Me considero un buen Samaritano?
    ¿Estaría dispuesto como un propósito en mi vida ser compasivo?
    Me propongo esta semana acercarme alguien que me necesite

MENSAJEROS DE LA PAZ (Lc. 10, 1-12; 17-20)

Jesús envía a los 72
La misión no será fácil; debe llevarse a cabo en medio de la pobreza, sin alforjas ni provisiones. La misión es urgente y nada puede estorbarla, por eso no pueden detenerse a saludar durante el camino; tampoco los discípulos deben forzar a nadie para que los escuchen, pero sí es el deber anunciar la proximidad del Reino.

PARA REFLEXIÓN:

  1. ¿Me reconozco como hijo de Dios?
    ¿Cómo lo demuestro?
  2. ¿Cómo me doy (entrega)como misionero en mi vida?
  3. ¿Tengo apertura para recibir a Dios en mi vida?

SEGUIR A CRISTO, DECISIÓN Y COMPROMISO (Lc.9, 57-62)

“Señor, te seguiré a donde quiera que vayas”. Esta es una hermosa y amorosa promesa que hacemos. Pero Jesús sabe que podemos tener buenas intenciones, pero Él nos recuerda que cuando lo seguimos no deben haber condiciones, debemos estar preparados (as) para compartir las penas y las alegrías

Señor Jesús, no depende de mí, no tengo la fuerza interior para seguirte
Por eso te pido me concedas la fuerza necesaria día a día, y comenzar desde hoy.

PARA REFLEXIÓN:

  1. ¿Le doy a Dios el primer lugar en mi vida? ¿A qué he tenido que renunciar, dejar o postergar?
  2. ¿Qué está pidiéndome el Señor renunciar para que yo experimente una vida más plena con Él?
  3. ¿Las preocupaciones en familia, en labores diarias pueden ser obstáculos para seguir al Señor?

EL MILAGRO DE LA EUCARISTÍA (Lc. 9, 11-17)

Jesús satisface las necesidades de una gran muchedumbre .
De esta manera nos enseña a conmovernos por las necesidades del prójimo, ya sean de carácter temporal como la solidaridad y el compartir atención, ayuda económica, compañía. O ayuda espiritual apostolado, evangelización, corrección fraterna.
El amor se multiplica por si mismo y siempre.

PARA REFLEXIÓN :

  1. ¿Al participar de la Eucaristía me lleva a preocuparme por los que mas necesitan? ¿Me lleva a ser mas solidario?
  2. ¿Al participar en la misa dominical me preocupo mas de cumplir o de meditar comprometiendome con el mismo Señor que está presente en el Pan?
  3. ¿En que momento de mi vida he experimentado que Jesús ha hecho posible lo imposible como en la multiplicacion de los panes?
  4. ¿Qué me esta pidiendo el Señor ahora que confíe y le entregue mi pobreza y mi ausencia para Él multiplicarlo?

SOLEMNIDAD DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD – SOMOS LLAMADOS A LA UNIDAD (Jn.16, 12-15)

Santisima Trinidad, Misterio central de nuestra fe y de la Vida Cristiana.

PARA REFLEXIÓN:


El Espíritu es un don permanente.

  1. ¿El Espíritu Santo es un permanente maestro en mi vida?

Dios es una Trinidad de Amor

  1. ¿Está continuamente en mi oración la alabanza de Acción de Gracias al Padre, al Hijo y al Espiritu Santo Comunidad de Amor?
  2. ¿Cómo experimento el amor de Dios en estos tiempos de Pascua?