JESÚS PAN DE VIDA , PAN DE FE (Jn. 6, 41-51)

Estamos diariamente invitados a la mesa de la Eucaristía, a comer el pan de la vida eterna. Alimento espiritual que nos ayuda a vivir en la presencia de Dios.
Acercarnos, caminar hacia Jesús a recibirlo, es un don, Dios envió al mundo a su hijo para darnos vida.
Quien cree, tendrá vida eterna, quien coma de este pan, vivirá para siempre.

PARA REFLEXIÓN:

  1. ¿Jesus es pan de vida para ti? Es tu alimento? Llenas tu alma de Él y sientes como va transformándote?
  2. ¿Te acercas a su mesa a recibirlo con alegría, y devoción ?¿Sientes la necesidad de compartir está experiencia con los demás?
  3. ¿Cuándo fue la última vez que reconociste a Jesús al partir el pan?

EL QUE COME DE ESTE PAN, VIVIRÁ PARA SIEMPRE. ( Jn.6,24-35)

Cuando comemos el Pan y el Vino de la Eucaristía, nos hacemos responsables de ser solidarios con los demás.

Señor, que tu Eucaristía y tu Palabra sea nuestro alimento que nos ayude a ser personas generosas y felices de compartir.

Para Reflexión:

  1. ¿Vives esta Palabra de Jesús? , el que cree en mí no pasará hambre, el que cree en mí no pasará sed. ¿Qué experiencia de esto tienes en este último año?
  2. Los cristianos debemos dar pan a los que tienen hambre. ¿Cómo he respondido de este mandato en este último año? ya sea con pan, trabajo digno y bien remunerado, contribuyendo a una sociedad más justa y equitativa.
  3. No basta el pan material sino aquel que da la vida eterna. ¿Con mi estilo de vida he contribuido a que otras personas se encuentren con Jesús?

¡DADLES USTEDES DE COMER! (Jn.6 1-15)

Jesús da de comer a 5000 personas.
Este milagro revela el corazón de Dios, que se preocupa de todas nuestras necesidades. Dios también espera que nosotros vayamos en ayuda de los otros, y que compartamos lo poco que tenemos.

Señor, ayúdame abrir mi corazón y mirar con compasión, no vivir a espaldas de los hambrientos del mundo porque perderíamos nuestra identidad cristiana.

Para Reflexión:


Mi cuerpo necesita alimento y mi espíritu también necesita alimento.

  1. ¿Cómo satisfago el hambre de mi espíritu?
  2. ¿Qué tanto confío en Jesús?
  3. ¿ Qué experiencia tengo del poder de Jesús en mi, o en otra persona?
  4. ¿Ofrezco a Dios todo lo que tengo con sencillez y generosidad?

JESÚS NUNCA NOS ABANDONA (Mc. 6, 30-34)

El Señor es nuestra justicia y nuestra paz.
se preocupa por nosotros y también nos invita al descanso para interiorizar, rezar tomar fuerzas para transformar nuestro corazón y renovarnos después de una larga labor.
Sin embargo tenemos que aprender de Él y estar atentos a las necesidades de tanta gente desorientada que necesita de unas palabras de consuelo de amistad .
Por eso, en el Evangelio de hoy, Jesús se compadece de la gente, al ver que andan desorientados, como ovejas sin pastor. Él ve la miseria espiritual del pueblo por eso comienza a enseñarles.

Señor, ayúdanos a encontrar en el descanso interior la fuerza de estar atentos y acoger sirviendo con alegría a los que necesiten de nosotros .

Para Reflexión:

  1. ¿Me doy tiempo para el descanso interior, aquel que me permite rezar, interiorizar y fortalecer el corazón?
    2 . ¿Soy un Buen Pastor en mi familia, mi trabajo, mi comunidad, respetando la dignidad y libertad de los demás?
  2. ¿Acompaño desde una actitud de acogida a las personas que me buscan, teniendo como ejemplo a Jesús? ¿Estoy atento a sus necesidades?

LOS ENVIÓ DE DOS EN DOS (MC. 6, 7-13)

El Evangelio es anunciado por aquellos que saben vivir con sencillez, todo aquel que se siente libre y que conoce el gozo de caminar por la vida sin sentirse esclavo de las cosas.
Jesús los envía en parejas de a dos, y los instruye, no lleven nada para el viaje, bastaba un bastón, una alforja y unas sandalias.
Estaban enteramente confiados de la presencia de Dios en su camino.
Su objetivo era ir de casa en casa llevando la buena noticia.

Señor, oro para qué por el poder del Espíritu Santo, pueda irradiar la luz de tu amor a aquellos que encuentro en mi vida diaria.

Para Reflexión:

  1. ¿Qué quiere Dios de nosotros?
  2. ¿Somos consientes que tenemos la Bendición de Dios y el impulso del Espíritu Santo?
  3. ¿Nos alimentamos de la oración y la Eucaristía para darnos fortaleza y salir a proclamar la Buena Nueva?

CON NOSOTROS ESTÁ Y NO LO RECONOCEMOS (Mc.6, 1-16)

Aún después de todos los milagros y curaciones que Jesús efectuó, Él aún no era aceptado incluso en su propia gente. Cuando enseñó en la sinagoga, ahí sus oyentes estaban asombrados que este hombre ordinario, el que conocían como el carpintero, pudiera alcanzar tal sabiduría, y ellos lo rechazaron.

Señor, ruego para que yo pueda reconocer tu Presencia en los encuentros ordinarios de mi día.

Para Reflexión:

  1. ¿Qué impresión deja Jesús en mí al escuchar su palabra por algún miembro de la familia o comunidad?
  2. ¿Reconozco a Jesús en lo sencillo, en lo cotidiano, en lo solidario? ¿Lo reconozco en los demás?
  3. ¿Soy consciente que Él es mi fortaleza? si es así ¿Vivo contento a pesar de las dificultades, preocupaciones, debilidades?
  4. Y yo, ¿hago mi parte para ayudar en la construcción del Reino? ¿Soy solidario, proclamo la Palabra y la hago Vida?

FE, DON DEL ENCUENTRO CON JESÚS (Mc.5, 21-43)

La fe en Jesucristo nos da un corazón nuevo para vivir.
Creer contra toda esperanza, caminar con Jesús ante las adversidades de la vida con la certeza de que el milagro va a suceder.
Orar puede ser a menudo como tocar sólo el doblez de la ropa de Jesús y trae su propio poder sanador.

Para Reflexión:

  1. Mis dolores, sufrimientos, lo que me parece imposible (como caso de hija Jairo)
    ¿Aún así le presento a Jesús lo que vivo para que Él lo sane y libere?
  2. ¿Soy consciente de los Milagros que Dios hace en mi vida cada día? ¿Puedo reconocer algunos?

JESÚS SALVA CON UNA SOLA PALABRA (Mc.4, 35-40)

Existe un peligro, caos, se levanta un fuerte huracán, la expresión de ira de los discípulos lo despertaron diciendo:
«¿Maestro no te importa que nos hundamos?»
Ocurre en nuestra vida, nuestra fe se desvanece a la primera tormenta.
Como resultado, esta disminución, o pérdida de fe, da paso al temor. En tales momentos Jesús puede estar dormido pero su amor nunca nos abandonará.

SEÑOR: hay momentos que necesito oír tu voz ordenando paz y tranquilidad en medio de la tormenta.

Para Reflexión:

  1. ¿En qué momentos o situaciones de mi vida he experimentado peligro?
  2. Como los discípulos ¿he alzado mi voz despertando a Jesús? ¿Cómo se manifestó?
  3. En medio de lo que estamos viviendo en el país ¿Qué le estás pidiendo ahora?

VIVE PARA SEMBRAR, VIVE PARA DAR, VIVE PARA AMAR. (Mc.4, 26-34)

Dios no está lejos, ni apartado, está entre nosotros, en la vida diaria en lo cotidiano.
Nuestra tarea es ir sembrando semillas con amor para que duren hasta la eternidad.
Jesús nos enseña que es necesario plantar, luego Dios hará lo suyo en su tiempo, y el tiempo es un don de Dios, un regalo, todo tiene un camino y un proceso.
Vive para sembrar, vive para dar, vive para amar y confia en Dios más allá de todo tiempo.

Para Reflexión :
Cada persona hace su proceso, su camino y lo debemos respetar.

  1. ¿Qué me pide Dios? ¿Qué pretende Jesús?
  2. ¿Cómo Dios ha actuado en mi vida? ¿Cosas que no entendía, situaciones, experiencias, hasta después de un tiempo veo los frutos de lo vivido?
  3. Quizás no encontramos el ¿por qué?, siempre busquemos el ¿para qué?

EUCARISTÍA, MARAVILLA Y PRODIGIO DE AMOR (Mc.14,12-16.22-26)

Hoy se nos recuerda nuevamente el gran regalo que Jesús nos ha dado en la Eucaristía, Jesus se convierte en pan partido. El cáliz de la bendición es la sangre de la Nueva Alianza, que será derramada por nosotros.
Como personas eucarísticas, nosotros debemos ser tomados, bendecidos, partidos y dados a otros, tal como hizo Jesús.
Su continua Presencia nos alimenta y a la vez nosotros alimentamos a los que nos rodean.

Para Reflexión:

  1. Jesús se nos da ¿Yo experimento esto?
    ¿Llevo a Jesús a los demás haciéndome pan partido y compartido?
  2. ¿Descubro a Jesús en los sufrientes como lo hago en el pan y el vino?