PERMANEZCAN EN MI AMOR (Jn. 15, 1- 8)

A través de la analogía de la vid y los sarmientos, Jesús nos dice:
Yo soy la Vid y ustedes los sarmientos, por tanto, somos los que estamos unidos a Cristo por el bautismo, la fe, el amor y la fidelidad a su seguimiento.
Jesús permanece en mí y me invita a permanecer en Él, para que yo pueda producir frutos abundantes.
Oremos por el deseo de una relación más profunda con Jesús y por una vida fructífera.

Para reflexión:

  1. ¿Cómo me alimento de la savia de Jesús?
  2. Todo crecer demanda tiempo, proceso, protagonismo, poda. ¿Qué experiencia tengo de esto?
  3. ¿Me reconocen como discípulo de Jesús por mi capacidad de amar?

CONOZCO A LAS MIAS Y ELLAS ME CONOCEN  (Jn.10, 11-18)

Estar en Cristo es conocer al Padre, son Uno.

La voz de Dios está  en las escrituras, debemos de leer, releer y meditar para que penetre y se nos permita «escuchar su voz»  que habla de paz, amor que nos enseña y consuela. También está en el silencio de nuestra oración.

Señor, escucho tu voz de amistad, te reconozco y me animas a seguirte.
Nada temo porque tu vas conmigo.
Una vez más tus palabras consuelan nuestro corazón, Tú  nos conoces, Tú  nos defiendes de cualquiera que nos quiera separar de Ti.
Te pedimos Señor, nos des «Buenos Pastores» que animados de tu ejemplo nos conduzcan por caminos que los tiempos actuales requieren .

Para Reflexión:

  1. ¿Conozco a Jesús? ¿tengo una relación cercana con Él?
  2. ¿Reconozco a Jesús como mi Buen Pastor? ¿Tengo confianza en Él?
  3. ¿Qué  experiencia he tenido en el último año de Jesús  como mi Buen Pastor?

JESÚS CAMINA JUNTO A NOSOTROS ( Lc.24, 35-48)

Muchas veces nos sentimos muy semejantes a los dos discípulos de Emaús, temerosos y llenos de esperanzas rotas.
Jesús explica a sus discípulos que todo aquello tenía que suceder para que se cumplieran las escrituras.
Jesús nos da la clave, abrio el entendimiento para que el plan de Dios se cumpla, y ponerlo en práctica será en nombre de Jesús.
Pide a sus amigos que ellos tendrán que ser sus testigos. También me lo pide a mí, y oro para ser un testigo fiel de la Resurrección.

Para Reflexión:

  1. ¿Qué me paraliza hoy? ¿A qué le tengo miedo? ¿Qué me impide reconocer a Jesús resucitado cada día en mí?
  2. ¿Le pido a Jesús que me ayude a entender las escrituras como lo hizo con sus discípulos? ¿Lo hago con frecuencia?
  3. ¿Me abro a la Resurrección de Jesús, para gozar de los planes y propósitos de Dios?
  4. ¿Cómo soy testigo de Jesús Resucitado? ¿De su alegría de su paz?

JESÚS, FUENTE INAGOTABLE DE VIDA (Jn. 12, 20 – 33)

«Si el grano de trigo cae a tierra y muere, dará muchos frutos»
Con este lenguaje tan gráfico, Jesús deja en claro su inicio camino al calvario, crucifixión y muerte. Jesús se ofrece libremente al plan que Dios a preparado para Él.
La muerte inminente está por llegar, pero lejos de ser un fracaso, será precisamente lo que da fecundidad.
Jesús nos muestra dónde se encuentra de verdad la vida, aquella que no muere entregándose a los demás con espíritu de generosidad.

Señor, enséñanos tu estilo Cristiano de servicio y alegría, preparándonos para la Pascua con un corazón puro guiados por Ti.

Para Reflexión:

  1. ¿A qué debo renuncia? ¿Qué semilla debe caer en tierra para vivir como Jesús el plan que Dios a preparado para mi?
  2. Durante esta pandemia ¿Qué ejemplos de entrega y servicio he visto?
  3. ¿Cómo puedo continuar siendo discípulo de Jesús llevando su amor?

LA SALVACIÓN ESTÁ EN CRISTO (Jn.3, 14 – 21)

El evangelio destaca la importancia de la fe y es muy consolador.
Todos los que creemos que Jesús murió y resucitó para nosotros, tiene Vida Eterna.
Jesús vino a salvar y no a condenar.
La salvación está en Cristo, todas las Bendiciones vienen de Él.
Creer en Él es vivir en la luz; una luz que ilumina y a nuestro entorno.
Dios nos ama tanto y espera de nosotros respuestas, estas son las pequeñas luces, gestos de amor en nuestras acciones.
Así colaboramos con Él haciendo más agradable este mundo.

Señor Jesús, luz del mundo.
Ayúdanos a amar como tú y poder iluminar el mundo con pequeños actos de amor
siendo luz para los demás.

Para Reflexión:

  1. ¿Cómo he encontrado luz en este año de pandemia? (momentos, personas)
    ¿Cómo he sido luz para los demás?
  2. ¿Cómo mamita María me ha acompañado durante este tiempo?

JESUS RESUCITADO ES EL NUEVO TEMPLO (Jn.2, 13-25)

El templo lugar, casa del encuentro y presencia de Dios.
Jesús se encuentra con un templo de «apariencia», se indigna y denuncia por la falta de respeto y amor al encontrar un lugar de comercio, intercambio y cueva de ladrones.
Jesús declara que puede levantar el templo en sólo 3 días. Hablaba de Él mismo, pues Él será el Nuevo Templo.
El mismo Jesús resucitado y glorificado.
Las puertas de este Nuevo Templo estarán abiertas para todos por los siglos de los siglos.

Señor: queremos dejarnos amar nuestro padre Dios sin negociaciones, ayúdanos a ser constructores de Comunidades al servicio de todos, en especial los más necesitados.

Para Reflexión:

  1. ¿Cómo me relaciono con Dios, a través de un intercambio de bienes materiales o por vínculo de amor y confianza?
  2. Jesús es el Nuevo Templo ¿Encuentro a Dios en Jesús, en su palabra y obras?
  3. Al conocer a Jesús ¿Qué cambios personales de mi vida he tenido?. ¿Ha cambiado en mi, mi historia pasada?
  4. Dios nos invita al final de nuestra vida en esta tierra a estar en su Gloria y participar de su presencia por toda la eternidad.

ESCUCHANDO Y SIGUIENDO A CRISTO, LLEGAMOS A LA GLORIA (MC.9, 2-10)

La Cuaresma es una buena ocasión para el silencio y la contemplación que nos permite escuchar en el silencio la voz interior (conciencia) y nos enfrenta a nuestra realidad.
En el evangelio Dios se dirige a Jesús como El Hijo Amado y nos invita a escucharlo; no sólo en el sendero del triunfo, sino también en el camino de la cruz.
Sólo con la ayuda de Jesús quien nos baja de nuestra montaña y nos prepara para los tiempos difíciles podremos salir de nuestra vida cómoda y egoísta y empezaremos a vivir atentos a las necesidades de los más desvalidos de nuestra sociedad.

Señor, que nuestro corazón siempre escuche tu voz,  para estar alertas, queremos encontrarnos contigo en oración y poder decir como los apóstoles: “Que bien se está aqui»

Para Reflexión:

  1. ¿Escucho a Jesús?
  2. ¿En este camino de Cruz (pandemia), estoy escuchando a Dios (interior). ¿Dónde lo encuentro?

VIVIR TIEMPOS DE PRUEBA (Mc.1, 12 – 15)

Cuaresma: tiempo de silencio y oración, tiempo de desierto.

Fuerte imagen para nuestro comienzo de Cuaresma.
Continuamente experimentamos dificultades y tentaciones. Nuestra vida es una constante lucha y pruebas .
Jesús también experimenta en los 40 días en el desierto las fuerzas del bien y el mal, en esa lucha se encuentra cara a cara con Dios, después del sufrimiento llega la calma.
En nuestro desierto es Jesús quien nos apoya para enseñarnos cuál es el camino al Padre.

Señor Jesús, acompañanos atravesar nuestro propio desierto.
No nos dejes caer en tentación, más líbranos del mal.

Para Reflexión:

  1. ¿Cómo escucho a Dios y le obedezco?
  2. ¿Cuáles son las tentaciones más fuertes que experimento en mi vida?
  3. ¿Qué me falta para actuar como Jesús?

«SI QUIERES, PUEDES LIMPIARME» (MC.1, 40 – 45)

Cansado de su condición un leproso se acerca a Jesús, se arrodilla poniendo en el toda su confianza.
«Si quieres, puedes limpiarme».
La ley de Jesús, consiste precisamente en amar y liberar por encima de toda ley.
Sintió lástima y lo tocó.
Jesús dijo: » Quiero, queda limpio».

Amado Jesús, mírame también a mi, toca todas las partes feas que tengo, no me gustan y me causan dolor. Si tu quieres, puedes limpiarme.

Para Reflexión

  1. ¿Qué es lo que me impide acercarme a Dios?, ¿a los demás? ¿a mi mismo?
  2. ¿Qué hago como el leproso para acercarme a Jesús?
  3. ¿Cómo puedo ayudar a los demás para que se acerquen a Jesús y Él les diga: ¡Quiero, queda limpio!

ORAR Y SERVIR (Mc.1, 29-39)

Para Jesús lo más importante siempre será la vida sana de las personas, no la observancia de las leyes religiosas.
Se acerca, expulsa demonios, cura, sana y predica.
Está ahí con la mano tendida que levanta e infunde vida.
En medio de su intensa actividad, encuentra tiempo para apartarse a orar necesita estar a solas con su Padre para hacer su voluntad.
Señor, gracias por mi salud y por enseñarme a orar, es el medio por el cual yo pueda servir mejor a mis hermanos.

Para reflexion:

  1. ¿Qué motiva mi vida con Jesús?
  2. ¿Cómo he anunciado al Señor con mi palabra y mi accionar?
  3. ¿Es la oración la fuente de mi vida? ¿Cómo se manifiesta?